Higiene intima

Higiene Intima

Qué relación tiene la higiene íntima con la salud? ¿Cómo afecta a las defensas naturales? Parece evidente que sin higiene no hay salud, pero una higiene excesiva tampoco es saludable. Ni excesiva ni escasa, la higiene de tu zona íntima tiene que ser la correcta: usa productos que respeten el pH de la piel y el equilibrio de la flora vaginal y limita el lavado a la zona externa de los genitales. Una higiene íntima adecuada te ayudará a prevenir infecciones vaginales y a disfrutar de una buena salud.

¿Qué tipo de jabón es el ideal? Es la primera pregunta que surge cuando te das cuenta de la importancia que tiene el cuidado íntimo. El producto adecuado debe proteger la piel además de limpiarla. Es decir, es esencial que respete el pH de la piel y de la mucosa vaginal, ya que de él depende la composición de la flora vaginal. Una flora en equilibrio significa que las bacterias que forman parte de las defensas naturales del cuerpo, en la vagina, están en la proporción adecuada. Si se daña la flora vaginal, las defensas naturales frente a bacterias y hongos en la zona íntima disminuyen y pueden aparecer infecciones vaginales.

Además, las bacterias propias de la vagina, como los lactobacilos, producen ácido láctico que mantiene el pH de la piel y mucosa en su nivel adecuado. Por eso, el pH y la flora vaginal están estrechamente relacionados.

¿Con qué frecuencia debo lavarme? Una higiene íntima adecuada no significa lavarse a menudo y en profundidad. Lo más importante es prestar atención a los productos usados: una fórmula adecuada, con extractos naturales, sin perfumes y que respete el pH natural. Aprovecha la ducha habitual para lavar tu zona íntima, siempre por la parte externa, es decir alrededor de la vulva. No te preocupes, la vagina se limpia por sí sola, a través de sus propias secreciones. Recuerda que las duchas vaginales pueden alterar la flora vaginal. Si quieres una limpieza puntual después de la menstruación o porque has tenido relaciones sexuales, usa un gel limpiador específico para ello, sin perfumes añadidos, y con el pH adecuado. Un exceso de limpieza pone en riesgo la protección natural de la vagina.

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