Encia sana, base de una boca sana.

Cuando hablamos de salud bucal solemos preocuparnos en un primer momento de nuestros dientes; si tienen caries, si están amarillentos, si nos duele alguna pieza etc. Pero en muchas ocasiones descuidamos la salud de nuestras encías sin tener en cuenta que unas encías sanas son imprescindibles para unos dientes sanos.

Nuestras encías pueden estar “enfermas” por muchos motivos y esto derivar en diferentes patologías de menor o mayor gravedad pero los primeros síntomas suelen ser parecidos.

– Su color es un buen indicador de alarma. Unas encías sanas deben tener un color rosado, así que unas encías enrojecidas no son una buena señal.

– Su volumen. Unas encías sanas no están inflamadas (hinchadas) ni tampoco retraídas (cuando dejan ver la raíz del diente).

– El sangrado. Unas encías sanas no sangran ni deben supurar, si esto ocurre, una vez más, nuestra boca nos está enviado una señal de que algo no funciona bien.

Si observas alguna de estas alteraciones en la encía es muy probable que haya algún problema. Según la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), la gingivitis y la periodontitis son dos de las enfermedades más comunes entre la población adulta, más de la mitad de la población española mayor de 35 años padece gingivitis y uno de cada tres periodontitis.

La gingivitis es una reacción inflamatoria de la encía, que se produce como una reacción de nuestra boca al acúmulo de placa bacteriana (biofilm bucal) fruto en la mayoría de las ocasiones de una mala higiene bucal, ya sea por falta de frecuencia o por una técnica inadecuada. La gingivitis se puede tratar y es fácil de detectar en una revisión, de ahí la importancia de visitas periódicas a nuestro dentista, pero si no se trata a tiempo puede derivar en una periodontitis.

La periodontitis en cambio, es una patología más grave que si no se trata a tiempo puede tener consecuencias nefastas no sólo para nuestra boca sino para nuestra salud en general. A los síntomas anteriormente mencionados se une ahora la destrucción de los tejidos de soporte de los dientes, que se traduce en una retracción de las encías con exposición de raíz dental, movilidad dentaria, supuración, e incluso llegar a producirse la pérdida del diente.

Una correcta y constante higiene bucal con productos específicos es la clave para mantener unas encías sanas.

Fuentes:

https://www.sepa.es/web_update/

http://www.dentaid.es/es/problemas-de-encias