¿Los edulcorantes provocan caries?

En lo que se refiere a salud bucal, el azúcar es el “enemigo público número uno”. La composición del azúcar de mesa es casi 100% sacarosa, y este hidrato de carbono es uno de los alimentos favoritos de las bacterias que forman la placa dental. Por eso, tras consumir azúcar las bacterias digieren la sacarosa produciendo ácidos que dañan la superficie de los dientes. Pero, ¿qué pasa con los edulcorantes?

Lo primero que debemos saber es que hay que distinguir entre dos tipos de edulcorantes: naturales y artificiales. Los edulcorantes naturales son derivados de productos como la miel, la sacarosa o el maíz. Sus características son similares a las del azúcar: aportan calorías, no son aptos para diabéticos y también pueden provocar caries. Por lo tanto, no nos sirven si lo que pretendemos es prevenir los problemas bucales.

La otra cara de la moneda son los edulcorantes artificiales, de los que existen muchos tipos: aspartamo, sucralosa, sacarina, steviosida, manitol y un largo etcétera. Además de como edulcorantes de mesa, se usan para endulzar alimentos procesados como postres, chocolates y bebidas. Algunos de ellos aportan calorías, mientras que otros son acalóricos.

Al contrario que el azúcar y los edulcorantes naturales, los edulcorantes artificiales no favorecen la aparición de caries, ya que las bacterias de la cavidad bucal no pueden procesarlos. Este tipo de productos se disuelven rápidamente en la saliva y no se adhieren a los dientes ni fermentan. Además, el xilitol y el sorbitol tienen un efecto antibacteriano. Por ese motivo son los más usados en chicles y caramelos sin azúcar…. ¡e incluso aparecen en algunas pastas dentales como las pastas de PHB! Así que puedes usar este tipo de edulcorantes sin miedo a perjudicar tu sonrisa.