Los piojos son unos visitantes habituales de las cabezas de los más pequeños y si tienes hijos en edad escolar seguramente ya te han enviado la nota de su aparición por el centro y las recomendaciones básicas para evitar su contagio.

Los piojos son pequeños insectos que viven en el cuero cabelludo de los mamíferos. Los más adultos rehuyen la luz, por eso se alojan principalmente en la nuca y detrás de las orejas, el primer lugar donde habrá que buscar si se sospecha que se puede tener piojos.

El problema no es siempre el piojo en sí, sino la liendre que es el huevo del insecto y que este deposita en las raíces del cabello. La hembra adulta los fija fuertemente a la raíz del pelo con una sustancia viscosa que actúa como pegamento y hace que estos huevos sólo se puedan despegar manualmente o utilizando un peine de púas muy finas (lendrera). Según esta especialista, los huevos se enganchan de manera característica en los cabellos, donde se produce la eclosión al cabo de 7 a 10 días de la puesta. La presencia de estos huevos es la que delata que el individuo está infectado.

Para comprobarlo se puede pasar por la cabeza una lendrera, que puede adquirir en nuestra farmacia y parafarmacias.

Éstas liendres se pueden confundir con la caspa, pero las diferenciará porque es mucho más difícil separarlas del pelo.

Es entre los más pequeños, en los colegios sobre todo, donde más habitual resulta encontrar casos de piojos. La proliferación de casos suele ir por épocas, el otoño es una época en la que hay muchos casos. El hecho de que los niños no paren de rascarse es el primer indicio que alerta a los maestros.

Al ser algo habitual de esta época del año os recomendamos la línea de productos Neositrín 1, y en concreto el spray gel líquido que actúa en 15 contra las liendres y el piojo con una sola aplicación.