Una alimentación sana para una buena digestión

Somos lo que comemos y, además, comemos como somos. La alimentación es el hábito que más condiciona nuestra salud. Si nuestra alimentación es sana, contribuiremos a mantener una buena salud. Si nos despreocupamos y no cuidamos los ingredientes, la forma en que cocinamos y en que comemos, nuestra salud digestiva primero, y nuestra salud general después, saldrá perjudicada. Sigue leyendo para aprender a comer y conseguir que, lo que comas, te siente bien.   Producto fresco y de temporada. Cuando la materia prima de nuestras recetas es de temporada, el resultado es mejor. Un producto fresco mantiene mejor sus propiedades nutritivas y sus cualidades organolépticas de sabor, olor y aspecto. Las verduras, hortalizas y frutas deben ser una parte importante, si no central, de nuestra dieta. Aportan vitaminas y minerales, los nutrientes esenciales para que nuestro organismo pueda funcionar correctamente. También aportan fibra, que es beneficiosa para el aparato digestivo: protege las paredes interiores del intestino grueso y estimulan el tránsito intestinal.   Fritos y grasas. En exceso, son perjudiciales para tu salud. Además de provocar pesadez de estómago, las grasas saturadas afectan negativamente a tu salud cardiovascular. Si quieres freír los alimentos, evita recalentar el aceite y usa aceite de oliva, preferentemente. Cocinar los alimentos en horno y al vapor es una buena opción para alimentarse de manera saludable, ya que son técnicas poco agresivas para los alimentos, permitiendo una mejor conservación de sus propiedades y nutrientes, sin apenas alterarlos.   Plantas y hierbas aperitivas y digestivas. Según la fitoterapia, algunas plantas y hierbas tienen propiedades medicinales.  Algunas son aperitivas, es decir, abren el apetito y predisponen al estómago a una buena digestión. Otras son digestivas, aliviando la sensación de acidez o pesadez de estómago, los cólicos o gases y el dolor estomacal.

     

Via Bayer.