La situación actual de crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus, nos ha llevado a tener que cumplir con un confinamiento domiciliario, reduciendo o anulando las opciones para salir de nuestros hogares y teniendo que aplazar ciertos hábitos beneficiosos para nuestro organismo, como la exposición al sol, fuente principal de vitamina D.

Funciones de la vitamina D

La vitamina D regula la homeostasis del calcio en el organismo, es decir, su equilibrio, y es la encargada de fijarlo al hueso y conseguir niveles necesarios para evitar posibles enfermedades como la osteoporosis, el raquitismo, o el reblandecimiento de los huesos asociados a la falta de calcio.

Pero esta vitamina tiene otras funciones, como reforzar el sistema inmunológico frente a patógenos externos. Varios estudios han establecido que la vitamina D es imprescindible en lo que se conoce como inmunidad celular, ya que favorece la actividad de las células responsables de luchar contra agentes externos, conocidas como macrófagos, capaces de destruir mediante la fagocitosis aquellos microorganismos sospechosos de constituir una amenaza para el organismo.

¿Cómo aumentar los niveles de vitamina D?

La principal fuente de vitamina D es la luz solar, que hace que un componente de nuestra piel derivado del colesterol, el 7-dehidrocolesterol, se convierta en colecalciferol, que es la vitamina D. El confinamiento domiciliario, en el que la exposición solar es mucho más dificultosa, puede hacer que los niveles de vitamina D requeridos para estas funciones se vean comprometidos. De ahí que la Sociedad española de Médicos de Familia recomiende que los pacientes enriquezcan la dieta en vitamina D y se expongan al sol para compensar el posible déficit.

• La primera medida sería aumentar la exposición del cuerpo a la luz solar en la medida de lo posible y a pesar del confinamiento. Quienes puedan, y desde terrazas, balcones o a través de las ventanas, deberían tomar diariamente el sol 10 o 15 minutos en brazos, piernas y cara sin protección solar, aumentando en lo posible la superficie dérmica en contacto con el sol para poder sintetizar más vitamina D. Recuerda que si excedes de este tiempo la recomendación sigue siendo usar un fotoprotector. El sol es igual de dañino que antes y es el responsable de diferentes patologías de la piel, del fotoenvejecimiento y de la aparición de manchas
• La segunda medida sería aumentar en la dieta aquellos alimentos vegetales y animales que sean fuente de vitamina D, como los pescados azules (salmón, boquerones, arenques o sardinas), hongos y setas como los champiñones, marisco, hígado de animales, huevos (yema), aguacate, cereales, así como alimentos enriquecidos con esta vitamina como los lácteos.
• En algunos casos y en personas de riesgo puede ser recomendable una suplementación de vitamina D, siempre controlada por tu médico o farmacéutico.

¿Qué ocurre con los niños?

En cuanto a los niños, cuyas rutinas antes del confinamiento garantizaban estos 15 minutos de exposición al sol, pero que ahora llevan más de un mes encerrados en casa, nos parece interesante trasladarte integramente unas recomedaciones de Lucía Galán, pediatra, que recoge este artículo.

Conclusión

Recordamos que los suplementos vitamínicos no protegen contra el virus SARS-CoV-2, y que es mucho mejor obtener a través de la dieta los nutrientes necesarios para mantener fuerte el sistema inmune. Consumir grandes dosis de determinados suplementos de vitamina A y D puede ser tóxico. No existen complementos alimenticios que prevengan, traten o curen la infección por coronavirus y, por lo tanto, no puede haber ningún producto en el mercado con tales declaraciones.

La recomendación sería seguir una alimentación rica y equilibrada, compensando la deficiencia de vitamina D derivada del confinamiento con un mayor consumo de alimentos ricos en esta vitamina. De momento no se aconseja recurrir a ningún tipo de suplemento alimenticio para mejorar la respuesta del organismo frente al coronavirus.

Nota importante: Información actualizada a 16 de Abril de 2020